turgalicia

11 de Agosto de 2018. Llegó el momento. Vehículos cargados hasta los topes y en ellos nos adentramos en el majestuoso parque natural de las Fragas do Eume. Subimos hasta el monasterio y no podemos dejar de pensar en lo rebuscados que eran los monjes para asentarse en este enclave. Descargamos y empezamos a montar: más de un centenar de focos, 3 proyectores, equipo de sonido distribuido en 2 zonas, carteles de aviso (punto de encuentro en caso de emergencia, peligro escaleras, prohibido fumar), desplegable de aviso de privacidad y toma de imágenes, exposición de fotografías… El monasterio de Caaveiro presenta una gran exigencia física, debido a la cantidad de escaleras que debemos subir y bajar continuamente y a la superficie tan irregular de su suelo. El riesgo de esguince está latente, así que vamos con cautela. Todo listo. Pruebas de sonido, pruebas de luces. Todo ok. Último repaso de coordinación y cada uno a su puesto. La llegada de vehículos autorizados al monasterio siempre es un reto tanto logístico como de seguridad. Por ello, la primera en llegar es la ambulancia asistencial. Airiños da Capela son los siguientes en llegar y los primeros en actuar. En un evento como este no debemos olvidar la promoción y divulgación del folclore popular gallego. Los integrantes del grupo se implican como siempre y no dejan de sacar al público a bailar. La mejor forma de promover nuestro folclore es hacer que los visitantes lo vivan en persona. Llegan las preocupaciones y los nervios: el siguiente artista, el Show de Willy Pomper, no llega a la hora prevista. Pasan los minutos y su vehículo no aparece en el puente de Santa Margarita. Nervios. No hay cobertura para llamarlo y saber si le ha pasado algo. ¿Habrá tenido un accidente, se habrán perdido…?. Padres con sus niños esperando el momento de la actuación. En la organización el estrés va en aumento, aunque procuramos no transmitirlo. Pedimos la colaboración de Airiños da Capela para ganar tiempo «¿Podéis prolongar el espectáculo unos minutos más; el siguiente artista no aparece?». Hay buen rollo y por su parte no ponen problemas. Un hilo de esperanza: el alcalde consigue tener un punto de cobertura deficiente. Llamamos al artista. «Teléfono apagado o fuera de cobertura». «¡Mierda!». Con el micrófono ya preparado para informar y decepcionar a niños y mayores, oimos a nuestra compañera Laura por el walkie «Pomper acaba de llegar. Lo hago subir». No podemos evitar sentir un alivio enorme. No nos imaginamos la desilusión que se llevaría tanto niño. A un ritmo frenético, damos paso a su show. Miestras, vuelve el estrés. «Música para ocasiones» tampoco llega a su hora. ¿Habrá que suspender el concierto?. Afortunadamente no. Con algo de retraso pero por fin han llegado. Estamos por elevar una propuesta a Google o nombrarlos «empresa non grata» 😉 porque en ambos casos el Google Maps ha mandado a los artistas por sitios intransitables haciendo que se perdieran y que llegaran tarde al monasterio. Algo tendremos que hacer...
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