En el año 2021 se nos ocurrió hacer un experimento social combinando música y turismo con unos toques de misterio, que llamamos ConCierto Secreto haciendo un juego de palabras.
El experimento consistía en organizar un concierto en un enclave natural de especial belleza y, a ser posible, poco conocido. Sería totalmente en acústico y sin nada de suministro eléctrico; totalmente «a pelo». La ubicación y la hora no se desvelarían hasta el día anterior o unas horas antes. El artista o artistas, se conocerían en el propio concierto.
Con ello pretendíamos llevar a cabo los siguientes objetivos:
-
-
- Experimento social. Nos permitiría saber cómo y cuánto se valora la cultura y el trabajo de los demás (idea, selección de la ubicación, decoración…)
-
- Innovar. Se trataba de un formato de concierto fresco, novedoso y sorprendente.
-
- Promoción turística. Ideal para dar a conocer y promocionar rincones turísticos poco conocidos o de especial singularidad de una localidad.
- Dar a conocer a talentos emergentes, descubriendo y promocionando artistas noveles o poco reconocidos.
-
El público
No queríamos que fuera un evento de masas, con cientos ni miles de personas. Lo que queríamos era que los asistentes se sintieran en un ambiente tranquilo y relajado, casi íntimo, casi privado. No habría escenarios, ni sillas, ni altavoces, ni carpas… cada uno debía llevarse su toalla de playa, o algo sobre lo que sentarse en el suelo. El objetivo en cuanto a asistencia de público lo establecimos en 20 personas.
El artista
Esto suponía también un reto para el artista. Enfrentarse a un público situado en su mismo plano horizontal y a apenas un par de metros de distancia, sin pedaleras, ni ordenadores, ni ecualización… Sólo permitíamos usar un micrófono y un altavoz autoamplificado en zonas poco resguardadas del aire. No todos los artistas aceptan este tipo de propuestas.
El precio = el experimento
La asistencia era libre y gratuita. Ni los asistentes ni el ayuntamiento debían pagar nada por anticipado. Evidentemente, nosotros contrataríamos a los artistas y les pagaríamos, como no podía ser de otra forma. En función del resultado del concierto, unos y otros decidirían cuánto creerían que valía para ellos ese evento, teniendo en cuenta la ubicación, la decoración o iluminación, y la calidad del grupo o artista. En función de esa valoración, cada cual aportaría lo que creyese conveniente, en una urna depositada al efecto.
El resultado
Se hizo una prueba previa, sin urna para recaudación, en el ayuntamiento de A Capela, en uno de los molinos que embellecen sus ríos. Fue todo un éxito, tanto por la estampa final, como por la asistencia de público.
A partir de ahí, surgieron las primeras experiencias: A Capela, en medio del monte, al lado de un río, Mugardos, a la orilla de la ría, y Valdoviño, en un punto elevado por encima de uno de sus miradores.
Lo cierto es que el resultado fue más que satisfactorio. La asistencia de público en todas las ocasiones fue mucho más de la esperada, los momentos vividos fueron imborrables, y la recaudación nos permitió recuperar lo que pagamos a los artistas. El feedback fue increíblemente positivo, tanto es así que decidimos hacer una nueva ronda de conciertos el año pasado.
La evolución
Llegamos al 2024 con un nuevo formato pero con la misma esencia. Esta vez incluimos amplificación para mejorar la experiencia, que música y voz se puedan oír perfectamente. Ya no hacemos recaudación de fondos, sino que es el propio ayuntamiento el que nos contrata el evento. Mantenemos el secretismo. Incluimos elementos sorpresa en cada concierto. Mantenemos el espíritu de libertad: llévate tu propia toalla o esterilla para sentarte en el suelo, porque seguirá sin haber sillas. Seguimos sin buscar afluencia masiva de público; los que vengan, sean pocos o muchos, bienvenidos serán. Queremos que sigan siendo experiencias memorables, ideales para disfrutar en pareja o en familia.
La Gira 2024 está en marcha. Para contrataciones e información: produccion@eventi.es
¿Te atreves?